Un tesorito...

Una manita chiquitita que le floja las tuercas al más rudo corazón... Unos ojitos que te miran como descubriendo el mundo... Una sonrisita que quita el sueño (más efectiva que la cafeina) y "contagiosa" pa rematar (porque o te ríes o te ríes)... Y entonces no importa que se pierda la cuenta de amanecidas... No hay quejas, solo una sensación de "VALE LA PENA" que le da sentido a lo que a veces parece de locos... Es que trabajar con carajitos es una chuleria... Un relajo eterno... Los mejores pacientes de la bolita del mundo... En eso estamos de acuerdo todos los pediatras.
Y termino no entendiendo la confianza de los papis para confiarnos sus tesoritos a ojos cerrados... No es cualquier cosa lo que me están entregando, es nada más y nada menos, que un pedacito de ellos, que no está andando del todo bien y que solo el Sr/Sra. Bata Blanca tiene sabiduria para componer... ¡Tremendo encargo!...
Si supieran que no tengo todas las respuestas... Que aunque me hago la fuerte, las lagrimitas de sus chiquitos tambien me hacen llorar... Que me faltan palabras cuando tengo que explicarles que se acaban las alternativas... Peor aun: que se me cae el mundo encima cuando ya no hay nada que pueda hacer...
Ayer fue uno de esos dias terribles... En que la bata blanca no fue suficiente... Sobraban ganas... Faltaba vida... Y un pedacito de cielo se cayó... Por unos instantes el mundo se detuvo... Lloraron sus padres, también mi corazón... No hay palabras, solo impotencia, lágrimas y silencio... Descansa en paz Ariel Enrique...