Donde las alegrias, dudas, temores y tooooodas las mojigangas que se me ocurran, tienen su espacio...

martes, marzo 18, 2008

Vuelos retrasados, taxis y frutas podridas...


Hoy caminé las mismas calles, saludé la misma gente, me ví reflejada en los mismos ojos, pero reconociéndome diferente... Y es algo que trasciende el pelo, el color de los labios e incluso el timbre de voz que se cuela en cada palabra... Me fuí prestada, pero ahora algo de allí me pertenece, va incrustado en mis poros (se transpira, se exhala)... Haciendome querer volver adonde no me he ido del todo... Manteniendo ese (ya de tanto llevar conmigo) "perpetuo" sabor a añoranza (dejar fuera todo lo que no cabe en las maletas, termina haciendo sus efectos)...

Jodida mania la mia de estar buscando el paraiso en la otra esquina, sin darme cuenta de que lo tengo a la distancia de un bocado y descubrir (porque lo podrido no sabe guardar silencio) de lo que me he perdido cuando ya es demasiado tarde...

Esta vez quiero un vuelo sin retrasos, con asiento en las ventanas (para no perder de vista el cielo) y lo puesto de equipaje (que es en realidad lo que hace falta)... Y una tierra-piel que siendo tuya, sea mia, con espacio suficiente para dar de comer (sin asfixiar) a mis raices... Si no es eso lo que me ofreces, no te preocupes por recogerme al aeropuerto: me voy en taxi...

sábado, marzo 01, 2008

Hojas en el "Tree of hope"...



A veces (muchas veces) los pesados días nos quiebran las fuerzas, abriendo grietas que amenazan con despedazar lo que nos queda (lo poquito que queda)... En ocasiones (numerosas, demasiadas para ser elegidas a gusto) no queda otra opción que claudicar, caer de rodillas porque se flojan las piernas, dejar que un diluvio se nos escurra a traves de los ojos, esprimiéndonos y encogiendonos el corazón (una vida-lavadora-implacable que se encarga de aniquilar hasta el último de nuestros tejidos)... Por falta de uso se nos oxidan los dedos (y con ellos los deseos, las ganas)... Nos rodea una soledad tan ancha, en la que sin importar las costuras que hagamos, simplemente no encajamos (nos baila)... Y es entonces (aunque duela) cuando dejamos de hacer resistencia, dejándonos llevar por el compás de su música, que suena y resuena: " Arbol de la esperanza mantente firme"...


Efectos de una sobredosis de Frida Khalo, "Los amantes del circulo polar" (vista de nuevo por millonésima vez) y uno que otro recuerdo que el sábado por la noche me hicieron compañía... Una "Saudade-sinfonía" que me llegó hasta los tuétanos (y más allá)...


Imagen: "El árbol de la esperanza" Frida Kahlo, 1946.